viernes, 20 de enero de 2017

Impresiones de la Junta de Personal Docente sobre el Plan de Éxito Educativo

MANIFIESTO sobre el PLAN DE ÉXITO EDUCATIVO
 
Los representantes del profesorado en la provincia de Almería, manifiestan su escepticismo ante las medidas propagandísticas que se recogen en el recientemente presentado “Plan de Éxito Educativo” y reclaman más seriedad a la hora de plantear soluciones eficaces y factibles que sean coherentes con los retos reales que presenta la labor educativa en nuestra Comunidad.
Resulta paradójico que este Plan de Éxito Educativo vea la luz precisamente tras la constatación de un gran fracaso escolar, anunciado recientemente por el último informe PISA. Independientemente de que compartamos o no la esencia de estas pruebas o los procedimientos sesgados que pueda presentar su diseño y ejecución, no podemos dejar de mostrar nuestra disconformidad con un Plan que presenta medidas difusas, inconcretas y alejadas de lo que realmente constituyen las políticas educativas que se vienen llevando a cabo en nuestros centros de enseñanza. Valgan algunos ejemplos de muestra:
  • Hablar del reconocimiento social del profesorado es empezar por defenderlo ante agresiones y excesos de familias y alumnado; es luchar, de verdad, por extinguir el sentimiento generalizado de “indefensión” de los docentes ante tales circunstancias.
  • Se enfatiza el papel de las Tecnologías de la Información y la Comunicación como eje básico del cambio que se pretende, pero no dotan a los centros, ni siquiera en el tercer ciclo de primaria donde existe la asignatura de “cultura y práctica digital”, de tales medios (un carro de portátiles y una conexión paupérrima a Internet no suple estas carencias en absoluto). Tampoco existen recursos humanos que se encarguen del mantenimiento de los equipos, por lo que todo depende, como siempre, del voluntarismo del profesorado que tenga conocimientos informáticos.
  • Poner en valor la atención a la diversidad es incompatible con tener perpetuamente al profesorado de apoyo realizando funciones de sustitución del profesorado que estando de baja o permiso, incluso más allá de los diez días lectivos, no se ha cubierto. Tampoco se soluciona con unas ratios extraordinarias que se acaban convirtiendo en ordinarias.
  • La convivencia es un valor irrenunciable, pero también lo es el principio de realidad, sabiendo que ciertas medidas disciplinarias serán necesarias para los casos que lo requieran. Menoscabar la autoridad del profesorado al impedir ciertas sanciones hacia faltas graves de conducta del alumnado, es claramente dejarse llevar por la candidez y caer en la demagogia.
  • Los idiomas son otra prioridad, y estamos completamente de acuerdo, pero no podemos compartir la improvisación con que se está llevando a cabo la implementación del segundo idioma –francés-, desorganizando plantillas en los centros, desplazando al profesorado de primaria de las tutorías o colapsando los procesos selectivos en detrimento de otras especialidades, también absolutamente necesarias.
  • La calidad de la enseñanza pasa también ineludiblemente por la consolidación de las plantillas de los centros, lo cual es difícilmente compatible con la “interinización” creciente del profesorado, que además de precarizar el empleo público no permite ese objetivo que se propone este nuevo Plan de Éxito Educativo de dar continuidad a los Planes y Proyectos de los Centros. En este sentido, sólo las convocatorias masivas de oposiciones podrían cumplir con este objetivo de estabilidad laboral, calidad educativa y continuidad en el quehacer de nuestros colegios e institutos; medida que podría desarrollarse sin ninguna cortapisa a tenor de la reciente aprobación del 100% de reposición en las Ofertas de Empleo Público a docentes.
  • Por último, no llegamos a entender ese afán por decir una cosa y hacer la contraria cuando, por un lado, se habla de “desburocratización” de la labor docente mientras que, por otro, surgen grandilocuentes ideas como las Unidades Didácticas Integradas; sin duda verdaderas obras de “ingeniería pedagógica”.
Por todo esto y mucho más que evitamos referenciar para no hacer más prolijo este manifiesto, la Junta de Personal Docente de Almería muestra su disconformidad con esta política demagógica y propagandística, basada en buenas palabras que luego no se traducen en acciones algunas que solucionen los verdaderos problemas que padece nuestro Sistema Educativo.
Por último, no queremos dejar pasar la ocasión para ofrecer nuestro más sincero compromiso con la Educación, en general, y los derechos del profesorado al que representamos, en particular. Y que en ese afán que nos mueve, estamos deseosos de que se produzca un giro de las políticas educativas, desde la complacencia de las buenas palabras y las ideas abstractas, hacia la eficacia de los respaldos presupuestarios y medidas realmente consolidadas. Producido ese cambio, la Administración Educativa tendrá todo nuestro apoyo, respaldo y ayuda; no le quepa la menor duda.
 
Junta de Personal Docente no universitario de Almería.